La percepción es la forma en la que el cerebro interpreta las sensaciones que recibe a través de los sentidos para formar una impresión inconsciente o consciente.
Al percibir organizamos los datos que llegan a nuestros sentidos (sonidos, olores, sensaciones, etc.), los interpretamos y guardamos para que tengan un sentido para nosotros.
En el proceso de percibir participa toda la persona, con su historia, sus experiencias anteriores, sus conocimientos, sus creencias, etc.. De ahí que toda percepción suela ir acompañada de una determinada tonalidad afectiva, de manera que no percibo sólo el objeto, situación o persona, sino que lo acompaño también del agrado o desagrado que me ha proporcionado a lo largo de pasadas experiencias.
Por lo tanto, la percepción que tengamos será la que nos llevará a determinar si las cosas son buenas o malas, hermosas o feas, ya que soy yo quien le asignará esta connotación. En la mayoría de las ocasiones las cosas son neutras y nosotros decidimos si es hermosa, por ejemplo. Porque esta decisión va de acuerdo a quién soy yo, a lo que yo considero como hermoso.
A menudo sufrimos estrés debido a sucesos que ocurren en nuestro entorno más cercano. Cuando, por ejemplo, las personas no se comportan como creemos que deberían, o cuando creemos que una situación está fuera de nuestro control. En ocasiones, estos sucesos que ocurren en nuestro entorno son factores que, por mucho que lo intentemos, no podemos cambiar mediante nuestras acciones. Por eso, la clave está en cambiar nuestra visión.
Nuestra percepción influye en nuestras relaciones, en nuestro cuerpo y en todos los aspectos de nuestro entorno. Nuestra percepción es siempre una interpretación subjetiva y, por lo tanto, al tomar conciencia tenemos la opción de cambiarla.
Es necesario conocer cómo funcionamos para poder elegir cómo queremos ser. Si conoces el poder de tu percepción, conocerás tu auténtico potencial.
Si cambias tu percepción, puedes cambiar tu realidad!!!
Comments